¿Nos Adaptamos o nos Resignamos?

Dentro de poco se cumplirá un año desde que nuestras vidas cambiaron y se vieron condicionadas por la COVID 19. En este año mas de una y dos veces habrá venido a nuestra mente el pensamiento: «Quien nos iba a decir que íbamos a estar así…o pensamientos relacionados con lo que estaríamos haciendo…»El año pasado estaríamos…».

Nunca antes nos podríamos imaginar que tendríamos que hacer frente a una situación tan difícil y compleja como la que estamos viviendo. Si antes nos lo hubieran dicho, la reacción hubiera sido de incredulidad o respuestas «yo no podría o no resistiría».

A día de hoy cuando nos preguntan cómo nos encontramos respondemos: «adaptados a la situación», «es lo que toca», «es lo que hay»… muy lejos de «yo no podría o no resistiría».

Nos hemos adaptado, aceptado y por consiguiente nos hemos descubierto, flexibilizando y aprendiendo nuevas estrategias y herramientas desconocidas hasta ahora y que ya forman parte de nosotros.

Dicha adaptación ha supuesto un coste, un cara a cara con nuestras emociones y una capacidad de reajuste que ha conllevado malestar, siendo la tolerancia y aceptación del mismo la clave para lograr la adaptación.

La resignación o la negación de aceptar el malestar que conlleva reajustarnos a todas y cada una de las situaciones vividas en este año, ha conllevado situaciones de bloqueo emocional, ansiedad elevada y síntomas somáticos, los cuales mantenidos en el tiempo requieren de asistencia psicológica.

En estos momentos donde el cansancio y «la fatiga pandémica» es palpable en nuestro día a día, abramos de nuevo la puerta a nuestras emociones, hablemos y expresemos cómo nos sentimos: «estamos hartos, cansados…etc», tolerar e integrar la emoción para poder reajustar de nuevo en nuestro día a día.

¿Que puedo hacer hoy dentro de mi situación en la dirección de lo que para mí es importante?.

El tiempo sigue avanzando, y la pregunta es: ¿Hacia dónde van mis pasos: Adaptación o Resignación?

Nuestros Mayores. Un Yacimiento de Valor

Si aludimos al concepto de Yacimiento cómo concentración significativa de elementos interesantes por descubrir y almacenados en el tiempo. Encuentro un paralelismo a mí experiencia personal y profesional al lado de las personas mayores. Lo significativo de su recuerdo le carga de emociones, que las trasmiten a través de sus palabras, miradas y gestos, convirtiendo el recuerdo en costumbre y la costumbre en tradición.
De esta manera a través de las múltiples historias de vida de nuestros mayores, se genera el engranaje de vivencias y cultura que conforma el contexto en el que vivimos, cargado de valor por mantener y difundir en las presentes y venideras generaciones.
En los últimos 50 años la población mayor ha aumentado aproximadamente un 50%, siendo responsabilidad de toda la sociedad, la de dar voz, espacio y lugar a todas sus historias de vida, para que el presente se nutra de sus sabias raíces. Los programas de envejecimiento activo de las diferentes instituciones y profesionales, cubren parte de sus demandas, a través de una intervención biopsicosocial.
Escucha y atención activa a sus valores e intereses, experiencias intergeneracionales, promoción de su salud a través de la intervención multidisciplinar, apoyo e intervención emocional, estimulación cognitiva, espacios de respiro familiar etc, deben ser apoyados por el bienestar de toda la sociedad.
Gracias por ser un yacimiento en bruto cargado de valor que se enriquece con el tiempo, generando costumbres y bonitas tradiciones.

Marta Abril Herrero
Psicóloga
Nº col. CL3166

PERSPECTIVA DE GÉNERO EN VEJEZ. INTERVENCIÓN EN IGUALDAD EN CENTROS INSTITUCIONALIZADOS.

Marta Florencia Abril Herrero. CL 3166

La población mayor de 65 años supone un porcentaje significativo dentro de nuestra sociedad. Lo cual requiere programas específicos que respondan a las demandas de la misma. La educación en igualdad de genero como prevención en violencia de genero se trabaja desde diferentes sectores, siendo la vejez una parte olvidada. La perspectiva de genero en vejez está condicionada por la sociedad y cultura patriarcal en la que han vivido, ocultando posibles casos de violencia de genero, normalizando dentro del contexto patriarcal. Es necesario llevar acabo programas específicos que promuevan la igualdad de genero en esta población, favoreciendo la prevención. La detección e intervención en vejez debe también atendiendo a variables específicas en vejez. La validación y análisis de la historia de vida será el eje sobre el que giraran dichos programas. Los nuevos modelos de intervención en centros institucionalizados promueven espacios donde fomentar igualdad de género.

The population over 65 years of age represents a significant percentage of our society. Which requires specific programs that respond to the demands of it. Education in gender equality as prevention in gender violence is worked from different sectors, with old age being a forgotten part. The perspective of gender in old age is conditioned by the patriarchal society and culture in which they have lived, hiding possible cases of gender violence, normalizing within the patriarchal context. It is necessary to carry out specific programs that promote gender equality in this population, favoring prevention. Detection and intervention in old age must also attend to specific variables in old age. The validation and analysis of the history of life will be the axis on which these programs will rotate. The new intervention models in institutionalized centers promote spaces in which to promote gender equality.

La perspectiva de género establece una teoría que trata de explicar las características, relaciones y comportamientos de hombres y mujeres en sociedad, su origen y su evolución, destacando la existencia real del género femenino y masculino.

Cuando hablamos de perspectiva de género o igualdad de género, nos referimos a un concepto transversal que influye o se ve condicionado por lo social, la edad, la educación, la situación laboral etc., y no sólo aquel que refiere al sexo biológico. Son múltiples contingencias que hacen que cada persona tenga un concepto de género en función de las variables anteriormente citadas.

Teniendo en cuenta esta definición de perspectiva de género, si la unimos al campo de la vejez, nos vienen contingencias arraigadas a una cultura y sociedad patriarcal, donde la mujer era «pertenencia» del hombre siendo este el núcleo y cabeza familiar.

En la actualidad, la educación en igualdad de género es la base de la prevención en violencia de género. La cual, se trabaja desde diferentes vértices y sectores: niños, adolescentes, adultos, colegios, instituciones públicas, asociaciones y colectivos. Pero es quizás el marco de la vejez el gran olvidado en este caso, tras realizar revisión bibliográfica son contados los programas establecidos para trabajar con esta población en materia de igualdad de género, así como protocolos específicos para la detección de casos de violencia de género en vejez.

Los datos de violencia de género en mujeres mayores de 65 años, son escasos. El último registro del balance anual de Violencia Domestica y de Género del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2016 muestra que las mujeres mayores apenas denuncian y suponen, a ojos de la oficialidad, una parte muy pequeña del total de víctimas. Lo cual no nos debe calmar, sino todo lo contrario, nos debería alarmar, ya que muchos de los casos que puedan existir de violencia de género en vejez, están encubiertos por el silencio y el razonamiento de aceptación de la violencia cómo algo impuesto que no admite cambios, esconden la resignación, propia de la cultura y contexto patriarcal en el que han vivido.
Estamos ante una sociedad cada vez más envejecida, donde la población mayor ocupa un porcentaje significativo. Destaca que en las últimas dos décadas la población mayor de 70 años ha crecido un 54%. En la actualidad según datos del INE, las personas mayores de 65 años suponen el 18.7% de la población.

Teniendo en cuenta estos datos así cómo las variables anteriormente descritas es necesario llevar a cabo programas específicos que aborden educación y sensibilización en igualdad de género, así como en detección e intervención en violencia de género en vejez. La vulnerabilidad manifiesta en la mujer anciana debe ser atendida, por ser parte del colectivo femenino con mayor influencia patriarcal, así como el concepto que ellas mismas se atribuyen y por otro lado su situación física y psíquica fruto del paso de los años.

La praxis del silencio y encubrir las dificultades en el hogar o asentamiento y razonamiento de ideas de una forma rígida y hermética son las grandes barreras que hacen sombra a los casos de violencia de género en vejez. No estamos ante diferentes episodios de maltrato, si no delante de toda una historia de vida. La bibliografía citada refiere casos de maltrato de 30 o 40 años de historia, donde el desenlace es la muerte del cónyuge por causas biológicas. La mujer en estos casos, no descansa, sino que vive las secuelas de una historia de maltrato: estrés postraumático, ansiedad, trastorno de estado de ánimo, dependencia emocional, culpa, baja autoestima etc.

Centrándome en el núcleo de mi comunicación: “Perspectiva de género en Vejez. Como fomentar la igualdad de género en centros institucionales”. Voy a referirme aquellas variables que son importantes llevar a cabo a la hora de trabajar igualdad de género en vejez, ya que tras lo anotado en líneas anteriores llegamos a la conclusión de que es necesario establecer programas específicos trabajando variables determinantes en vejez.

Por mi experiencia en el trabajo con personas mayores, tras escuchas activas al respecto, elaboración de los modelos de Historia de Vida y su correspondiente análisis funcional, programas de voluntariado y educación intergeneracional, donde confluyen experiencias entre diferentes generaciones. He observado conductas manifiestas donde los planteamientos actuales sobre igualdad de género, son tomados por las personas mayores con una actitud defensiva, ya que lo reciben cómo un ataque e invalidez de su experiencia e historia de vida. Naciendo de aquí la base que considero que tiene que tener cualquier programa que abogue por trabajar igualdad de género en vejez, la validez de historia de vida de cada persona. Aludiendo al análisis funcional de conducta, a través del cual se conforma un constructo que desencadena múltiples asociaciones de pensamientos, resistencia al cambio o a la aceptación de lo vivido, negación y distintas conductas de evitación .

Si reflexionamos al respecto, ¿nosotros seríamos capaces de llevar a cabo cambios en nuestra conducta diaria que supongan invalidar o desechar nuestra experiencia de vida, nuestra escala de valores?, seguro que no, teniendo en cuenta una media de edad de 70 años, sin duda alguna mucho más difícil.
Exige una parada y mirada retrospectiva a nosotros como profesionales, un esfuerzo añadido de empatía, donde validemos su historia de vida como mujeres, madres, esposas que han vivido en una época diferente, con un marco cultural asentado en ideales patriarcales, donde sus pasos y conductas fueron válidas en dicho contexto.
Validar que gracias a su esfuerzo, trabajo, tesón, se ha avanzado a la situación actual. Siendo este el punto de partida para poder educar en igualdad de género en vejez.

Los objetivos que se deberían trabajar en programas en igualdad de género en vejez serían los siguientes:
• Validación y valoración de su historia de vida.
• Reforzar autoestima. Concepto de Mujer y derechos asertivos.
• Analizar la situación actual de la mujer. Análisis y evolución.
• Orientación de valores en la actualidad como mujer.
• Definir Violencia de Género.

En el marco dentro de los centros institucionales, son muchos los espacios en los que se trabaja la igualdad de género.
• La programación de actividades del centro, no atiende a roles diferenciados por el hecho de ser hombre o mujer. Siempre y cuando validando la historia de vida de cada usuario.
• Los programas de educación intergeneracional y voluntariado son grandes espacios donde trabajar igualdad de género. En estos casos los talleres llevados a cabo, parten de la igualdad y no distinción de actividades por roles. Trabajar de forma conjunta la igualdad de género, acercan realidades diferentes a las personas mayores así como los alumnos valoran la experiencia de vida de los mayores. Son programas mutuamente enriquecedores.
• Según la normativa actual de la Gerencia de Servicios Sociales, promueve el Modelo de Atención Centrada en la Persona así como el programa piloto “en mi casa”. Ambos fomentan un espacio donde poner en tela de juicio los roles asignados en el hogar al hombre y la mujer. En este caso desde el centro se fomenta por la igualdad en los mismos, partiendo de una explicación previa, asentando y validando la experiencia previa de cada residente.
• Cada usuario presenta un Programa de Atención Individualizada, en base a sus motivaciones e intereses, lo cual refuerza de forma directa su autoestima y autonomía. En el caso de matrimonios que acuden juntos al centro, es vital éste trabajo, ya que ambos realizan actividades que para ellos son importantes, rompiendo la dependencia mutua.
• La mujer en estos casos se muestra más dependiente ante los cuidados que necesita su marido, en muchos casos no se ha permitido tiempo y espacio para ella, y su rol familiar y su sentimiento de utilidad estaba asociado a cubrir las necesidades de su pareja, desde el centro se fomenta el cuidado para ella y necesita adaptarse a esta nueva situación.

A modo de conclusión, los cambios y la educación en igualdad de género en vejez, parte de la validación de su experiencia asentando su pasado dentro del contexto en el que tuvieron lugar, en una sociedad y cultura diferente a la actual. Si queremos acabar con la “lacra” de la violencia de género en la sociedad actual, debemos tocar todos los núcleos significativos de la misma, la vejez en este caso es quizás la gran olvidada, pero tras los datos recabados y expuestos en este artículo, esperemos que progresivamente deje de serlo y se convierta en otro punto importante sobre el que educar, prevenir e intervenir.

 

 

Marta Florencia Abril Herrero
Nº col. CL 3166

 

 

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Bibliografía

KELLY G. WILSON; LUCIANO SORIANO, MARÍA CARMEN. Terapia de Aceptación y Compromiso. (ACT) Un Tratamiento Conductual Orientado a Valores. 2007
Ministerio de sanidad, Servicio Sociales e igualdad (2012). Protocolo común para la actuación sanitaria ante la Violencia de género (2012).
Organización Mundial de la Salud (2002) Para la Prevención Global del maltrato de las personas mayores. Declaración de Toronto.
Protocolo de actuación contra el maltrato a las personas mayores (2007). Generalitat de Catalunya en Girona.
Servicio canario de salud. (2003). Protocolo de actuación ante la violencia de género en el ámbito doméstico. Ministerio de sanidad, servicios sociales e igualdad.
http://www.universidadviu.es “La violencia de género en la mujer anciana”. Raquel Sanchez Recio. 2016
http://www.ine.es
http://www.elpais.es “Mayores e invisibles”. Nacho Carretero. Enero 2018.

¿Por qué un método de estudio?

La mayoría de los estudiantes a la hora de estudiar se encuentran sin herramientas o sin un método para ello. La frase “vete a estudiar” normalmente despierta en ellos pensamientos del tipo “que rollo”; “Sociales…que aburrimiento”; “ahora…dos horas estudiando…” u en otros casos, la presión de un examen próximo o evitar las consecuencias de un posible suspenso provoca una motivación elevada a la hora de estudiar, la cual en éste momento quizás llega tarde y el tiempo para preparar el examen es insuficiente generando en el alumno sentimientos de impotencia y frustración que en muchos casos llevan a “tirar la toalla” o intentar condensar toda la información en su memoria.

Ahora cabe la pregunta, ¿esto es estudiar?; ¿ampliar conocimientos? u ¿aprobar un examen?. También hay una parte de estudiantes que si tienen interiorizados un método de estudio y lo citado anteriormente no ocurre, aunque también sería positivo que aprendieran nuevas estrategias de optimizar tiempo y esfuerzo.

Continuamente las empresas incorporan políticas de trabajo y métodos que optimizan tiempo y esfuerzo garantizando una mejor producción y rendimiento de los trabajadores. El estudiante es un trabajador activo, y cómo tal es necesario que cada vez incorpore nuevas estrategias y herramientas de trabajo que le ayuden a optimizar tiempo y esfuerzo logrando mejores resultados. Es importante citar que el esfuerzo no es susceptible de ninguna herramienta, lo que se pretende es que el estudiante adquiera unos conocimientos y metodología que unidos al esfuerzo y constancia tendrán resultados.

En relación a la hora de preparar un examen o asimilar una materia, entre los estudiantes se crean muchos “mitos erróneos” a través de verbalizaciones del tipo:

–         “Lo estudio el día antes y me acuerdo mejor”

–         “Este examen cómo es poca materia lo preparo el mismo día por la mañana”.

–         “Hasta que no me avisen de la fecha del examen no hace falta que lea nada”.

–         “Cuándo estudio, lo leo, lo subrayo y finalmente hago un resumen. Después de todo, lo que hago, es leerlo tres veces”.

Estos pequeños ejemplos, reflejan que el estudio no está estructurado, no siguen un método, es un estudio automático sin reflexión y asimilación, así como tampoco conocen cómo funciona nuestra memoria ya que la forma de estudio que denotan es contraria al funcionamiento de la misma.

Para ello resulta útil utilizar esta metáfora:

Nuestra memoria es cómo una biblioteca. En una biblioteca están reunidos un montón de conocimientos, pero;  ¿esos conocimientos están reunidos de forma ordenada u  desordenada? Normalmente cuando vas a la biblioteca y quieres coger un libro, acudes algún lugar donde te dan una referencia de donde puede estar ese libro: ordenador con una base de datos, las estanterías están organizadas por temas, los libros están organizados de forma alfabética..etc. Es decir, hay alguna pista o señal que nos lleva hasta el libro que nosotros queremos encontrar.

Pero; ¿Qué pasaría si cuando acudes a la biblioteca te encuentras que están todos los libros desordenados? Y la bibliotecaria te dice, ahí está tu libro, encuéntralo. ¿como te sentirías?; ¿sería fácil o difícil?; ¿por dónde empezarías?; ¿tardarías más o menos tiempo?; ¿lograrías encontrar tu libro?;

Ahora, recordar cuando preparamos un examen el día antes o cuando intentamos memorizar sin utilizar ningún tipo de pista o señal. Nuestra memoria funciona igual que la biblioteca. Lo que hemos estudiado si esta en nuestra memoria, pero; ¿Dónde? Si a la hora de estudiar no hemos utilizado ninguna forma para saber localizarlo, vamos a perder mucho más tiempo en encontrarlo o quizás nos equivoquemos. Quizás,¿es esto lo que pasa cuando estamos en el examen y tenemos que recuperar lo que hemos estudiado?.

El objetivo general de los talleres que ofrecemos desde nuestro gabinete es el de enseñar a los estudiantes, que estudiar implica una conexión con los conocimientos que ellos ya tienen a través de diferentes estrategias mnemotécnicas que garantizan mejores resultados a la hora de recuperar aquello estudiado.

Nuestra forma de pensar es una continua asociación de experiencias y pensamientos condicionados por nuestro contexto, si utilizamos dicha asociación a la hora de estudiar hay una probabilidad significativa de que la asimilación, retención y recuperación del material a estudiar sea eficaz, efectiva y eficiente.

 

 

Mindfulness y Tercera Edad

El crecimiento de la población mayor y la esperanza de vida en nuestro país, trae consigo también un  aumento de problemas y trastornos emocionales, suponiendo una limitación en el ciclo vital de esta población, produciendo un aumento de su dependencia y baja calidad de vida. Las terapias basadas en la técnica mindfulness han demostrado eficacia en dichas problemáticas lo cual está publicado en diferentes investigaciones. En cambio en la población mayor, aún no hay suficientes publicaciones que estudien dicha relación. En el presente estudio se han observados resultados positivos en población mayor institucionalizada tras dicho programa.

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Adolescentes S.O.S.

Quizás esa es la palabra que muchos padres dicen cuando tienen entre sus hijos a un adolescente, ¡¡S.O.S!! ¡¡auxilio!!, reclamando unas pautas o cómo deben actuar cuando nos encontramos con un joven adolescente en la familia. Intentos de hablar, de conversar, decir las cosas más alto o bajo, decir de otra manera, son las mil y una estrategia que los padres de un o una adolescente intentan cada día para poder controlar o conocer lo que hay en la cabeza de su hija.

En primer lugar nos tenemos que dar cuenta que nuestros hijos ya no son aquellos niños (aunque a nosotros nos sigan pareciendo niños), con los que controlábamos su conducta con premios y castigos. Ahora nuestros “adolescentes” necesitan algo más, y con esto no quiero decir que no necesiten límites, claro que necesitan límites y ahora más que nunca. Pero el modo de llevarlos a cabo cambia. Tenemos que dar cabida a la negociación, tenemos que cambiar la charla ardua por una conversación, tenemos que escuchar a nuestro hijo adolescente. Aunque para nosotros sus preocupaciones nos parezcan triviales, hay que hacer el esfuerzo de ponernos en su lugar y preguntarnos: ¿Qué haría yo si estuviera en la misma situación y con su misma edad?.

La inestabilidad es el síntoma que presentan nuestros adolescentes, esa inestabilidad les lleva a no querer hablar, a encerrarse en su habitación, a necesitar más tiempo para ellos mismos, a contestar de mala manera o vocear ante cualquier norma o límite, es decir, dificultad en tolerar la frustración. Con esto no quiero decir que hay que permitir todo lo que quieran, si no que hay que poner límites y negociar. Los padres deben actuar como la figura que establece los límites y normas pero que también apoya y escucha. Es importante también respetar su tiempo, si necesitan estar en la habitación solos, si no les apetece hablar o contar algo que les ha pasado es mejor tomar distancia y que el sepa que estas ahí para escucharle cuando él decida, que presionar con que te lo cuente en ese momento.

Ej. “Bueno hijo,si no quieres hablar te respeto, pero cuando quieras contármelo estoy en la cocina”.

Estas situaciones nos generan impotencia, y en muchas ocasiones podemos perder los papeles, y utilizar la “fuerza”, para conseguir lo que queremos de nuestro hijo, bien con voces, discusiones, castigos, etc. Pero tenemos que darnos cuenta que esos comportamientos inestables son los que ellos presentan por lo que no estamos actuando como modelos, si no como ellos.

Ante la no adherencia a la norma o límites, a través de discusiones o hablar de un modo no adecuado, es mejor dejar al adolescente que se tranquilice, con frases como: “yo con esta actitud no te voy hacer caso, y salir de la situación o lugar donde os encontréis, cuando vengas con otros modales o me lo digas de otra manera te haré caso.” No entrar en el juego, ya que se convertirá en una pérdida de papeles de ambos.

En resumen podemos plantear las siguientes pautas:

–        Escuchar a nuestro hijo sus demandas y preocupaciones. Darles la importancia que para él tienen. Y después de escucharle, darle un consejo. Intentar poneros en su lugar. Validar cómo se sienten. (ej: problemas con los amigos).

–        Establecer normas y límites. Negociar y que ellos sepan cuáles son las normas y consecuencias de sus comportamientos.

–        Respetar su espacio de intimidad. (querer estar solo en la habitación, conversaciones con sus amigas).

–        Ofrecer ayuda y escucha, no imponer.

–        Ante discusiones, donde levanten la voz u comportamientos rebeldes. Limitar comportamiento no haciendo caso a sus demandas, siempre y cuando siga con esa actitud. No ponerse a su nivel. Escuchar su demanda cuando lo diga de un modo correcto. Los padres tienen que ejercer como modelos.

–        Hablar y conversar. Dar información. Sabemos que están expuestos a muchos riesgos, pero está comprobado que es mucho más eficiente dar una información clara y concisa que intentar controlar su comportamiento a través de condiciones o amenazas. (ej: tú como bebas o cómo fumes…). A parte de aclarar las consecuencias de dichos comportamientos, es importante INFORMAR. El joven adolescente se va a tener que enfrentar u exponer a decidir si fuma o no fuma por ejemplo, es importante que tenga una información clara y concisa y que decida a raíz de ella, más que “no fumo por que mi madre me castiga, sin saber que puede dañar gravemente su salud”. Por lo que aquí hay un trabajo de tolerancia de malestar en los padres, aceptar que hay áreas donde no van a poder decidir por sus hijos, evitar dichas situaciones con restringir salidas no es la solución, el adolescente se tiene que exponer a esas situaciones, para ello necesita información, y aprender de sus errores.